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lunes, 10 de marzo de 2014

La violenta cruzada de los niños bien de Venezuela, otra inmoralidad sin moraleja

Cuenta la leyenda (como suelen ser las cosas relacionadas con el cristianismo), que a principios del segundo milenio después de Cristo, sucedió el evento conocido como "La Cruzada de los niños". Wikipedia indica:

"La versión tradicional de la Cruzada Infantil comprende acontecimientos con referencias similares. Un niño dice que ha sido visitado por Jesucristo, el cual le ordena escribir de su puño y letra unas cartas que debe entregar al rey francés en las que se afirma que éste debe dirigir una nueva cruzada para recuperar Jerusalén. El niño entrega las cartas y se vuelve a su pueblo. El rey se toma a broma esas cartas.
El niño recibe una segunda visita de Jesucristo, que ahora le encomienda liderar él mismo una cruzada hecha por niños hacia la ciudad de Jerusalén, la cual caerá en manos cristianas por la pureza y bondad de sus almas. Le dice también que no debe temer por el mar, ya que se abrirá como ya ocurrió con Moisés.
Al mismo tiempo, un niño alemán asegura que también ha sido mandado por Jesucristo en la misma empresa y reúne a un número bastante menor de niños alemanes.
De 20.000 a 30.000 niños se les unen y marchan hacia Niza (en el sur de Francia). En su camino llegan a ciudades y pueblos, y arrasan con la comida que encuentran. Más de la mitad de los niños en su camino hacia Niza deserta y la otra mitad muere de hambre.
Finalmente llegan a Niza menos de 2000 niños y 200 adultos. Para que se abra el mar se pasan dos semanas rezando desde que sale el sol hasta que se oculta; sin embargo no ocurre nada. Dos mercaderes les ofrecen siete barcos para cruzar el mar hasta Tierra Santa. Los niños suben a bordo de los barcos y zarpan. En Cerdeña se hunden dos barcos. Los otros cinco llegan a tierras de Alejandría (Egipto), donde los 2000 niños son vendidos como esclavos por los dos mercaderes que les habían prestado los barcos. Ese es el fin de la Cruzada."

Encuentro algunas lamentables analogías entre esta leyenda y las acciones de la dizque oposición venezolana: una mezcla desafortunada de fanatismo iluminado, pueril obstinación y una irracional compulsión al suicidio colectivo al estilo del famoso mito de los lemmings.

Una diferencia es que los de la leyenda supuestamente eran niños pobres que vivían en una obligada ignorancia, mientras sus violentos símiles locales de nuestros tiempos son los privilegiados de su sociedad y su ignorancia es optativa.

Es bastante conocido que tanto Leopoldo López como Henrique Capriles formaron parte en su juventud de "Tradición, Familia y Propiedad", organización ultracatólica creada por Plinio Correa de Oliveira que pretendía una suerte de nueva cruzada restauradora de los valores originales católicos, lo cual explicaría parte de la extraviada y macartista ortodoxia anticomunista que los lleva a ahorcar monigotes vestidos de rojo en las plazas y vías públicas. Recientemente en Chacao adornaron su calle con el fingido colgamiento de un médico cubano. Califique usted si puede este tipo de comportamiento.
En su ciego fanatismo, parte de la masa opositora parece haberse creído la hamelinesca tonadilla de los medios de consumo masivo, y su pueril cruzada los ha llevado al despeñadero político, pero también al moral avalando un peligrosísimo vale todo: golpe de Estado, asesinato, robo, sabotaje y, últimamente, el autosecuestro y posiblemente, como diría CAP, el autosuicidio.

Ayer esperaban, como los niños de la leyenda, que una intervención divina de la Casa Blanca les abriera el mar de la OEA y les allanara el camino al poder mediante una intervención de los arcángeles marines. Como no sucedió, porque ni América es Europa ni Venezuela Ucrania, se quedaron lelos, mirando el impertérrito océano político sordo a sus plegarias, pero ahora dispuestos a embarcarse en cualquier aventura que pudiera acercarlos a su Tierra Prometida que es una Venezuela libre de chavismo, o peor, una especie de mayami global, la homogeneización cultural del perro caliente, arepa PAN, whiskey, Juanes y banderita de barras y estrellas. Sólo de pensarlo me espeluco.
Pero mientras los legendarios niños de las cruzadas no maldijeron al mar que no se abrió, estos igual de fanáticos aunque más del tipo de Alex de "La Naranja Mecánica" son capaces de apedrearlo y de intentar quemarlo. Y tachando de "falso profeta" olvidarán al último que no les cumplió la a la Tierra Prometida, buscarán con la misma desesperada y pueril entrega al nuevo Peter Pan que los lleve a la Tierra de Nunca Jamás.
La cruzada de Leopoldo, Henrique y María ha terminado en otro de sus usuales desastres, pero ni ellos ni la sociedad podrán tener lección o moraleja alguna mientras siga reinando la impunidad.

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