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lunes, 11 de noviembre de 2013

Venezuela: Ni costo de reposición ni confiscación. Algunas precisiones sobre la guerra económica en Venezuela

Algunos mucho más brillantes e informados que yo han derramado ya sus ideas sobre nuestras pantallas acercad de la "guerra económica" y sus últimos rounds, pero me interesa poner en tela de juicio algunos puntos que ni la brutal campaña mediática corporativa ni la errática y descoordinada "política" informativa del Estado venezolano han aclarado.

Lo primero es que, como ya muchos han terciado desde hace rato, toda guerra es económica. Nuestra guerra de independencia intentaba que los locales tuvieran el dominio de las riquezas y no el Imperio español. Visualicemos en nuestras mentes un mapa donde en vez de flujos de petróleo o migratorios grandes flechas dibujaran los flujos de capital. Las cifras de la CEPAL que avalan a Venezuela como el país menos desigual de la región nos dicen que la renta petrolera (básicamente la única fuente de divisas existente en nuestro país monoproductor) ha sufrido un monumental aunque aún insuficiente cambio en su distribución desde el arribo de Chávez al poder, lo que es en sí mismo una Revolución. De igual modo, en el plano internacional, el incremento por un lado de los aportes de la explotación petrolera al Estado mermando así los desproporcionados beneficios de las empresas transnacionales energéticas, así como la nacionalización de empresas básicas (CANTV, la actual CORPOELEC, etc.) y el fortalecimiento del sector público en áreas antes cotos cerrados de capitales predominantemente extranjeros, han cambiado progresivamente la dirección del chorro de dinero que antes se iba a Wall Street o a paraísos fiscales; los millones de dólares de dividendos de CANTV o del Banco de Venezuela que ahora se destinan a inversión social y que antes iban a accionistas privados en el exterior son muestra de ello. ¿Por qué creen si no que los grupos mediáticos ligados a grandes consorcios económicos mantienen una guerra de propaganda contra la Revolución Bolivariana? De igual modo, a lo interno la redistribución de la renta ha originado una batalla, un recrudecimiento de la lucha de clases que parafraseando a Clausewitz ha tomado a a política como la guerra por otros medios. En la Venezuela post petrolera, la clase dominante creció de la intermediación y del comercio, regada con las divisas que dejaba la monumental exportación petrolera, especie de piñata que una vez reventada y en virtud de esa Ley de la selva que es el capitalismo su contenido era acaparado por una minoría cada vez más poderosa, dejando a millones en la casi indigencia. Y no es un decir: 1998, el último año de la "Venezuela puntofijista", uno de los mayores exportadores de petróleo del siglo encontraba a la mitad de su población en pobreza. Si esto sólo no es suficiente para condenar por inmoral a un sistema, entonces nada lo será. Así que lo que sucede hoy es lo mismo: la batalla de unos pocos por acaparar las riquezas que deben ser de todos.


Los mitos de la derecha sobre las recientes acciones del Gobierno de Maduro para garantizar el acceso de la población a bienes y servicios



  • "Esos dólares son míos para hacer lo que yo quiera"
Como cualquier estudiante de primaria sabe, Venezuela es un país monoproductor y monoexportador, lo que quiere decir que en la práctica su única fuente de divisas es el petróleo, que por Ley administra el Estado para el beneficio colectivo. Recientemente, el Ministro de Energía y Presidente de PDVSA Rafael Ramírez aclaró que el 96% de las divisas del país provienen del aporte petrolero, y con ellas cuenta el Estado para satisfacer las innumerables necesidades de la población que tienen mucho que ver con la dependencia petrolera, por lo que hay que gastarlos en importar alimentos, medicinas, tecnología e incluso muchos productos de lujo que son para la los más poderosos. Y también, por supuesto, para que los más afortunados puedan viajar y hacer sus compras en el exterior, etc. En fin, no existe eso que claman los derechistas que "esos dólares son míos" y que deban disponer de ellos a su antojo.


  • "Las alzas son por el costo de reposición"
En Venezuela no sólo el Estado tiene las divisas, sino que luego del fracaso de las acciones de la "oposición  democrática" que incluyeron un golpe de Estado, el Sabotaje a la industria petrolera y el intento de un Paro General, intentaron secar al país comprando divisas en la nación para venderlas o depositarlas en paraísos fiscales en el exterior. Por ello, en febrero de 2003 se instaló un tipo de cambio controlado de divisas y regulaciones para acceder a ellas. El último "ajuste cambiario", molesto eufemismo (como todos) para no decir devaluación, se realizó en febrero de 2013. Si el Estado maneja todas las divisas, y si las vende al mismo precio desde esa fecha, es evidente que no existe ninguna justificación más alá de la vulgar codicia para elevar los precios de ningún artículo hasta 20 veces su valor. Eso sin duda constituye usura y es penado en todo el mundo. Por otro lado, la Ley del INDEPABIS establece la prohibición de remarcaje de precios a artículos que el comerciante tenga en almacén, es decir, si lo recibiste en enero y lo etiquetaste para su venta al público en Bs. 100, no puedes llegar cada mes y doblarle el precio y acabar ofertándolo en Bs. 10.000 porque la amante del comerciante quiere un Jaguar. Lo que pasa es que durante demasiado tiempo las leyes sólo metían presos a los pobres, y buena parte de los "negocios" se hacían al amparo de la impunidad, la corrupción y la usura.

  • "Maduro mandó a saquear, confiscar, expropiar, robar", etc.
Las razones para querer controlar el flujo de capitales no son las mismas en los bandos en conflicto en Venezuela. Por un lado, los de siempre, los llamados "Amos del Valle", familias con cierto "pedigrí" y poder desde tiempos coloniales, junto con los "nuevos ricos", toda clase de oportunistas  que aprovecharon sus "conexiones" para enriquecerse con mucho esfuerzo pero ajeno (con excepciones, como siempre), están dominados por algo sencillo: la codicia. "Negocio es negocio y lo demás es mariquera", y "todos los días sale un pendejo a la calle y es de quien se lo encuentre" eran frases usuales para despojar al prójimo de lo que fuera para "bien del negocio".
Es evidente que a este grupo de llamados empresarios, pensar en el "bien común" es algo que es superior a sus capacidades, o también que atribuir al bando contrario motivaciones altruistas equivale a confesar que el propio no las tiene. Como sea, jamás van a admitir que alguna regulación en sus operaciones sirva para "el bien común", porque evidentemente éste se contrapone al "bien privado": los miles de bolívares que el asalariado Juan Pérez deja de pagarles por algo que vale menos de la mitad, lo consideran dinero perdido, es decir, "un robo". Así nos vemos con otro ejemplo casi salido de Groucho Marx donde el universo se voltea, y el ladrón se convierte en héroe y la víctima en criminal. 
En el caso de Daka y los demás negocios intervenidos, el Estado lo que ha hecho es hacer obedecer la Ley, que impide el reetiquetaje y la usura, ésta prohibida expresamente en nuestra Constitución:
Artículo 114. El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la cartelización y otros delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo con la ley.
Y sigue:
Artículo 117. Todas las personas tendrán derecho a disponer de bienes y servicios de calidad, así como a una información adecuada y no engañosa sobre el contenido y características de los productos y servicios que consumen, a la libertad de elección y a un trato equitativo y digno. La ley establecerá los mecanismos necesarios para garantizar esos derechos, las normas de control de calidad y cantidad de bienes y servicios, los procedimientos de defensa del público consumidor, el resarcimiento de los daños ocasionados y las sanciones correspondientes por la violación de estos derechos.
Estos artículos, junto con la Ley del INDEPABIS otorgan sustento jurídico amplio a  las acciones recientemente realizadas por el Estado.
No ha habido confiscación alguna. Se ha conminado a las empresas infractoras a obedecer la Ley, que los obliga a retirar el remarcaje. Cuando un usuario adquiere un producto en Daka, se lo está comprando a esa empresa, que debe además cumplir con pagar sus impuestos, empleados, garantías al comprador, etc. No es el Estado el que vende, sigue siendo la Empresa infractora quien le vende al cliente pero ahora obedeciendo la Ley del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis),vigente desde 2009.

  • "Maduro está acabando con el libre mercado"
Es evidente que el libre mercado no existe desde hace décadas en Venezuela, si es que alguna vez existió. Lo que hay desde hace tiempo es una cartelización criminal de precios, ya que ofrecen los productos sólo a quienes puedan proporcionar una ganancia máxima, marginando a la mayoría de la población del acceso a ellos. Este hecho por sí mismo justifica ampliamente la existencia del INDEPABIS y de las regulaciones y medidas del Presidente Chávez antes y de Maduro ahora.  Contradictoriamente, páginas como mercadolibre.com , tucarro.com , tuinmuebe.com etc., en vez de servir como alternativas de mercadeo y ampliar la base de ofertas, se convirtieron por obra y gracia de la codicia más escandalosa es los medios para la cartelización perfecta: se usaban las páginas como referencia de cuánto provecho se podía obtener de la venta de un bien determinado, en otras palabras, se cartelizaba el precio al máximo posible de cualquier artículo. Pero sin duda esto no habría tenido resultado si no fuera por dos factores: que gracias a la Revolución Bolivariana que subsidia los servicios públicos, alimentos, controla las tasas de interés de las tarjetas de crédito y otras bancarias, entrega viviendas, computadoras, educación gratuita en todos los niveles y pare usted de contar para no necesitar otro artículo, todos estos beneficios le permiten a la ahora creciente clase media tener un poder adquisitivo que antes no tenía. El otro factor, lamentablemente, es la codicia. Esa sed constante de cosas que realmente no necesitamos y que ha sido alimentado por los medios que nos han condicionado por décadas y por nuestro rentismo petrolero que nos hizo al modelo del American Way. Por ello, a la vez que me alegra que más gente tenga acceso a lo que antes se consideraban privilegios de la gente bien, por otro me entristece ver esas colas interminales de gente bajo el sol para comprar otro, otro TV, pero hiperrealista, de plasma o o sé cómo se llame. Cada vez que se gana una batalla, cien más tocan a nuestra puerta. Como he dicho muchas veces, el principal campo de batalla de una Revolución es la mente.

Ver también

Más de mil 300 ventas ha realizado Daka de Boleíta tras colocación de precios justos



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viernes, 8 de noviembre de 2013

Venezolano opositor al chavismo: no dejes que te "autoconvoquen" nuevamente a la violencia neonazi

Lamentablemente no sé cómo hace más daño la oposición en Venezuela, si cuando gana o cuando pierde.


Escribo esto más por salvar mi propia conciencia que con alguna verdadera esperanza de que nadie me haga caso alguno, pero tengo que poder decirme a mí mismo que "al menos intenté" apelar a algún rescoldo de racionalidad que pueda quedar en la mente de los radicales opositores al chavismo en Venezuela, no para que dejen de ser opositores, sino para que asuman su activismo con alguna responsabilidad. Ya sé que soy un soñador, pero no el único.

Lo primero que podría pedirles es que no voten por quien es abiertamente facha, amigo de uribistas, pinochetistas y franquistas, porque ser antichavista no debiera significar ser afín a estas macabras corrientes. Pero seré más modesto y les pediré simlemente que no se conviertan en patoteros y criminales.



El pasado 14 de abril padecimos la violencia ejercida por una oposición que jamás ha reconocido los resultados de alguna elección cuyo resultado favorezca al chavismo excepto cuando eran gobierno y por esa obvia razón. Esa violencia ocasionada por la irresponsabilidad y delirio de quien se supone es su cabecilla y la lenidad de nuestras instituciones ocasionó muertos, heridos y daños considerables a bienes públicos y privados en todo el país. Esos hechos recuerdan demasiado a lo que sucedió en otro abril, en 2002, cuando los mismos personajes también pretendieron desconocer la democracia y la Constitución. Mal puede tomarse como "demócrata" a quienes en 2002  inmediatamente se pusieron al servicio de una dictadura que no tardó en abolir la Constitución, al Estado, sus instituciones electas y persiguieron a funcionarios y militantes del "régimen chavista", pero hoy pretende desconocer a un gobierno cuya legitimidad no ha sido puesta en duda por ningún otro actor político o institución nacional o internacional que no sea de ellos mismos. Lo peor de esta actitud absolutamente desconocedora de la institucionalidad democrática nacional, regional e internacional es que aplica una violencia indiscriminada, que usualmente comienza en las zonas llamadas "pudientes" (porque este extraño rrrégimennn empobrecedor tiene "zonas pudientes" y gente que cacerolea desde las ventanas de sus quintas o apartamentos o por el "quemacoco" de sus Audi), efectuando lo que denominan "guarimbas", que no son más que bloqueos de calles en sus propias urbanizaciones (como si Maduro viviera en La Boyera, por ejemplo), secuetrándose a sí mismos en un ejercicio absurdo y arbitrario de la protesta, ya que niños, viejos, tirios, troyanos y ni-ni son atrapados en ese gueto instantáneo y autoimpuesto. Pero lo peor viene después, cuando comienzan a salir los más gritones y volentos, muchos de ellos armados, y se constituyen una especie de "Comisarios de cuadra" al estilo Stalin, los camisas negras de Mussolini o los Nazis camisas pardas, actuando al lado de las hogueras de las barricadas de cauchos y basura en llamas. Éstos "autoconvocados" y autonombrados líderes deciden quién pasa y quién no, y te puedes imaginar lo que sucede si intenta pasar algún sospechoso de ser "rojo". Bueno, no hay que imaginar mucho, basta recordar que todos los asesinados luego del llamado a "arrechera" de Capriles el 14 de abril eran chavistas, cosa que por supuesto no le llamó la atención a la prensa corporativa. 

Ver: 

Pero la cosa no para allí. Ahora además van a los hogares de funcionarios del Estado, militantes o sospechosos de serlo a acosarlos, amenazarlos y atormentar con cacerolazos a ellos y a sus familias (sin importar si hay niños, ancianos o lo que sea) con gritos tan "pacíficos" como "¡Muéranse malditos chavistas!", "¡No van a poder salir de aquí más nunca!", y otras lindezas por el estilo. Y si esto no fuera ya bastante malo, también se les ha ocurrido (con alguna auda de ciertos criminales amparados por la supuesta condición de "periodistas") sitiar y destruir (o al menos intentarlo) cualquier oficina que se relacione con "el rrrégimen", pero no sólo las casas del partido político oficial, el PSUV, por ejemplo, sino centros de salud, como los CDI, por la simple razón de que allí atienden cubanos. Así que además del odio político y de clase, hay que añadir la xenofobia. Bueno, las anteriores son variantes de esta última.


Es claro que todo esto no es sino para una cosa: amedrentar, intentar causar terror en la población chavista. Perdón, pero ¿no era lo mismo que hacían los Nazis contra los judíos, comunistas y todo lo que les pareciera diferente? Yo hasta ahora no he visto al primer chavista o grupo de chavistas acosando el hogar de un vecino opositor, pero créeme que si lo viera me opondría activamente, porque no se trata de una cuestión de fines y medios, sino de principios.

En las pasadas elecciones el Estado lamentablemente fracasó en garantizar la paz, y todavía están libres quienes azuzaron como perros a algunos venezolanos contra otros en el intento miserable de convertir a Venezuela en una nueva Siria, porque ¿alguien puede pensar que de verdad esperaban tumbar al gobierno con guarimbas en Chacao, La Boyera, Piedra Azul, Guaparo, etc.? Evidentemente que no, el objetivo es caotizar, violentar, azuzarnos como si fuésemos animales de pelea en una jaula, para justificar una intervención o las famosas "sanciones" unilaterales de Washington para minimizar o neutralizar la influencia de Venezuela en la región, lo que causaría miseria y empobrecimiento general, con las subsecuentes olas de hambre, mortalidad infantil, violencia y todo tipo de calamidades como ya hemos visto que sucedió en Irak, Libia o Siria. Me pregunto, ¿en qué ayudará eso a mi compatriota opositor "de a pié"?



Vienen unas nuevas elecciones, esta vez "apenas" para decidir cuáles van a ser las próximas autoridades municipales, es decir, Alcaldes y Concejales. Ya la oposición perdió casi todas las gobernaciones, conservando apenas 3 y perdiendo todos los Consejos Legislativos excepto el de Amazonas, creo. Es bueno recordar que Henrique Capriles ganó la Gobernación de Miranda con apenas 45 mil votos de diferencia sobre el chavismo, escasos 4 puntos de diferencia. Sin embargo, nadie en el "rrrrégimennn dictatorial" puso en duda su reñida victoria a medias, porque aquí también perdieron el Concejo Legislativo que pasó a mayoría chavista. Es decir, reconocen cuando ganan, pero no cuando pierden. ¡Qué grandes demócratas! Supongo que por esa vocación son amiguitos de joyitas democrátias como Álvaro Uribe y sus narcoparacos, Jovino Novoa y sus pinochetistas en Chile, Aznar el invasor de Irak y sus recortantes y corruptos amigos del PP, etc. Puras joyitas.
 En cualquier caso, no estar de acuerdo con el Gobierno, ser de derecha, conservador o como se quieran llamar no les da derecho a sitiar, amedrentar, asfixiar con humo, aturdir con ruido, acechar, amedrentar y aterrorizar a quienes simplemente tienen la desgracia de ser sus vecinos, piensen o no como ellos, porque entonces ya dejan de ser opositores, conservadores, de derecha, etc., y pasan a ser una vulgar horda neonazi.

jueves, 7 de noviembre de 2013

El "pasado feliz" y las plegarias atendidas de la oposición venezolana

Todas las madrugadas en La Candelaria en Caracas se repetía la misma indignante escena. Los muchos bares y restaurantes trataban de sacar la basura momentos antes de que pasara el camión del aseo para que los perros, gatos, ratas y otras alimañas no tuvieran tiempo de romperlas y regar por la acera su contenido repugnante mientras buscaban alimento. Aún más temidas eran las legiones humanas, los harapientos, los miserables.

No eran dos o tres "recogelatas", alcohólicos, "loquitos" o drogadictos. Eran hombres, mujeres y niños en el más absoluto abandono, a veces familias enteras, envilecidos por la penuria, la humillación, la violencia y la calle. Yo los ví, mientras buscaban su sustento en los desperdicios.

Eran mediados de los 90, yo vivía muy cerca de la Plaza La Candelaria, y muchas veces me quedaba hasta tarde en los bares y tascas, y al terminar la parranda y salir a la acera, ése era el espectáculo. Y como el balcón de mi apartamento daba hacia la calle se les podía ver, y escuchaba también los ruidos y voces ahogadas del indescriptiblemente degradado grupo de gente intentando sobrevivir ante la indiferencia total de los más afortunados. Así que yo dormía "arrullado" por el concierto de los miserables, las sirenas de las patrullas y el plomo que todas las noches zumbaba y cobraba por toda Caracas. Supongo que de no importarme estos "pequeños detalles", yo también habría sido "razonablemente" (o irracionalmente) feliz. El capitalismo te pide como requisito para ser feliz que ignores las penurias de millones de personas y la destrucción del planeta por el lucro y la codicia, lo que para algunos no es posible. Por ello la frase "felicidad social" es para quienes se etiquetan como "oposición" en Venezuela una contradicción en términos, ya que consideran la felicidad como algo absolutamente individual, como si viviéramos aislados en cápsulas, como en The Matrix. Y peor aún si alguien les dice que el Estado tiene algo qué ver con la felicidad, eso les parece herejía. Está claro que el Estado que en los 80 masacró con ametralladoras a los hambrientos y en los 90 dejaba en total abandono y buscando comida en la basura a millones de su propio pueblo consideraba que no tenía nada qué hacer por su felicidad, para empezar porque Estado y Pueblo eran sujetos absolutamente antagónicos.

Hace muchos más años aún, estando en la escuela Domingo Faustino Sarmiento de Maripérez, la pelota con la que jugábamos se nos fue por el agujero que habían abierto en el patio los habitantes del barrio vecino para poder buscar en la escuela el agua que no tenían. Yo fui a buscarla y la miseria que vi no la olvidé nunca más.

Se me escapa la razón por la cual muchos de mis contemporáneos, en un ejercicio de ilusionismo digno de uno de estos magos famosos de TV han "desaparecido" estos hechos de su memoria, y cuando ven (o tienen que hacer) una cola en un Mercal o un Bicentenario para comprar comida se inspiran para decir las frases más melodramáticas que Delia Fiallo jamás hubiese podido escribir acerca de cómo sufre el pueblo venezolano actualmente con este comunismo. Es completamente inútil que les refieras cifras de pobreza, de hambre, desempleo, etc.: cualquier prueba objetiva le es por completo invisible, su absoluto abandono a lo subjetivo y al cliché les ciega y es uno de mis motivos para no debatir con ellos, porque "argumentar" no existe en su dicionario. Si intentas recordarles cómo era la pobreza antes de Chávez o esgrimes algún estudio científico al respecto te expones a que te "decarguen su arrechera", porque quien prescinde de argumentos, datos y razonamientos para defender sus posiciones sólo se queda con la violencia para ello, como han demostrado lamentablemente en lo individual y colectivo ya demasiadas veces.

Por mi parte, desde niño siempre le he tenido estima a la ciencia como método confiable para formarse opiniones, por lo que no puedo dejar de citar que según el INE llegamos al año 1997 con 6.277.601 pobres extremos, sí, ¡más de 6 millones de personas en competo abandono, el 30% de la población total de Venezuela! Para 2012 sigue siendo inmoral la cifra con dos millones de personas (7% de la población), pero hay que tener mucho desprecio a la realidad para no darse cuenta de que estamos en el camino para la erradicación de este inadmisible pecado social de permitir la existencia de esta criminal desigualdad, y de hecho el Presidente Nicolás Maduro ha relanzado la propuesta de Chávez de estar libres de pobreza extrema para el 2019 (objetivo 2.2.2.2 del Programa de la Patria 2013-2019 de Hugo Chávez).

Yo no olvido a esos niños, mujeres y hombres envilecidos y abandonados, que gracias a Chávez y su hercúlea tarea de mover lo inamovible e iniciar esta modesta y humanitaria Revolución son cada vez menos. Quien se opone a la Revolución Bolivariana (y latinoamericana en general) debe asumir en su conciencia, poner en el debe de su contabilidad moral que se está oponiendo al único proceso que ha permitido revertir la degradación y empobrecimiento de la mayoría del pueblo, devolviéndole la esperanza y dignidad a millones. Ojalá que puedan poner en su haber moral razones suficientemente elevadas y válidas para hacerlo, aunque lo dudo.

La reversión hipotética de la Revolución Bolivariana sólo puede significar la reproducción de las legiones de marginados y su regreso a las calles, pero esta vez dudo que sea para buscar en la basura. La gente tiene hoy una conciencia mucho más clara de lo que son sus derechos, que lo que reza en la Constitución no es letra muerta. La oposición debe analizar muy bien sus deseos, ya que como decía Santa Teresa y se demostró con la muerte de Chávez tan suplicada a algún Dios perverso por la retorcida derecha venezolano-mayamera, "más lágrimas se derraman por la plegarias atendidas que por las no escuchadas". Rezaron por la muerte de Chávez, y su alegrón efímero e inhumano dió paso a las lágrimas de ira tras ver cómo el perturbado mental que tenían como candidato era derrotado por un obrero chavista. De igual modo, una posible caída de la Revolución Bolivariana podría engendrar otra mucho más radical y determinada, y en cualquier caso no hay motivos lógicos para suponer que ningún escenario implique la vuelta a un "pasado escuálido" imaginario de "felicidad y armonía" en la que sucesos tan catastróficos y notorios como el "Caracazo" simplemente no sucedieron jamás. Bien lo dijo Kafka con lúcida sencillez: "No es lo mismo liberarse de, que liberarse para". La Revolución Bolivariana tiene perfectamente claro de qué quiere liberarse y para qué, mientras que la contra sólo tiene clara su compulsión de erradicar la Revolución a cualquier precio, y eso nos hace diferentes en principios, medios y fines.

La consigna aparentemente superficial de "no volverán" no es sencillamente que no volverán los adecos y los copeyanos (que por otra parte y como ellos mismo han dicho, no se han ido), sino que no volverán las legiones de desesperanzados, miserables, envilecidos, a buscar en la basura. Los pobres que quedan, como los más afortunados conscientes y moralmente equilibrados siempre buscaremos justicia. No somos como el empobrecido pueblo español, para el que el "Estado de Bienestar" fue como una primavera que "no se merecían" por "vivir por encima de sus posibilidades" y ahora sí están en "lo real" y se lo tragan. No. No imagino al pueblo venezolano aguantando mansamente un intento de reversión y "domesticación" de esas características. De hecho en abril de 2002 se dio una clara muestra de ello. Pero nuestra derecha no es muy brillante que se diga y jamás aprende nada. Lo malo es que su soberbia y patanería la pagamos caro todos los venezolanos, como lo hicieron 11 inocentes asesinados por fascistas en abril de 2013, y hoy vuelven a subir las apuestas. 

Yo les repito: cuiden lo que deseen, porque a veces los deseos se cumplen, las oraciones son escuchadas... y se derraman las lágrimas.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Latinobarómetro y Venezuela: "¿A quién le va Ud. a creer, a mí o a sus propios ojos?"

El insólito Marxismo Grouchismo de la manipulación informativa contra la Revolución Bolivariana


"¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?"
  • Nota: Esta cita es popularmente atribuida a Groucho, pero en realidad la dijo Chico Marx disfrazado de Groucho en "Sopa de ganso."
Groucho Marx - Wikiquote
http://es.wikiquote.org/wiki/Groucho_Marx 


 

El descaro de la manipulación mediática llega a veces a un nivel de absurdo que hace palidecer los geniales disparates de los más citados que conocidos Hermanos Marx.
El día 2 de noviembre de 2013, el portal lainformación.com publica la noticia:
Venezuela y Ecuador los que más incrementan apoyo a la democracia en A.Latina
Donde indica:
“Venezuela y Ecuador son los países en América Latina en los que mas se ha incrementado el apoyo de sus ciudadanos a la democracia, al subir más de 10 puntos porcentuales respecto del promedio del periodo 1995-2013, según un informe difundido hoy.”
Continúa:
“Éste destaca que la elección de Nicolás Maduro en Venezuela no sólo consolidó el porcentaje que dejó el extinto presidente Hugo Chávez en su segundo gobierno (80%) sino que llegó a un máximo histórico de un 87 %.
Según el análisis, el aumento en ese país respecto del promedio del periodo 1995-2013 fue de 16 puntos porcentuales.”

Y luego, sorprendentemente, matiza:
"Un fenómeno difícil de comprender dado la cantidad de evidencia de que las instituciones en Venezuela no garantizan todos los derechos de una democracia a la oposición", precisó.
La socióloga Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, que entregó este viernes detalles del informe 2013 sostuvo que "Venezuela permanece así en el ojo de la controversia como el país donde hay mayor distancia entre lo que dicen sus ciudadanos y lo que dice la comunidad internacional de su democracia".

 

Es decir, el estudio se descalifica a sí mismo al insinuar que a pesar de lo que diga el pueblo venezolano según el propio Latinobarómetro, puede ser desmentido por una no citada “cantidad de evidencia” en contra. En resumen, no importa así lo que el estudio afirme que sea la opinión del pueblo venezolano, sino lo que interpreta la directora de conspicuo apellido de la ONG de marras.
En fin, en esta comedia del absurdo que los medios y operadores nacionales e internacionales de opinión tejen alrededor de la Revolución Bolivariana desde hace años, lo único que nos sorprende es que se tomen con tanta naturalidad sus contradicciones que a veces, como ésta, llegan a incurrir en la autodescalificación, una especie de salto mortal de la lógica que se podría resumir así: “si alguna vez lo que digo puede ser tomado como un alegato a favor de la Revolución Bolivariana, entonces es que estoy equivocado”.
Definitivamente, Chávez (y la Revolución Bolivariana) los tiene locos.

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