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domingo, 5 de diciembre de 2010

Wikileaks: en el quinientos seis y en dos mil también

El asunto de Wikileaks es el “tema del momento”, por supuesto, y no podía dejar de referirme a él y manifestar mi opinión acerca de algunos aspectos de este asunto 1.


Asusta ver cómo se ha convertido nuestro mundo en algo que recuerda demasiado a “1984” de Orwell 2: el agresor ahora es el agredido, y el mensajero es satanizado por el Imperio y a la vez por sus víctimas. Es verdaderamente insólita la respuesta de buena parte de la Humanidad ante la corroboración de la piratería a escala mundial que ejecuta ese país que se hace llamar Estados Unidos de América. Mientras una “ ofendida” Hillary Clinton hace declaraciones en tono de “virgen violada” 3, en nuestras latitudes se echa la culpa a Wikileaks y se la tacha de “lacaya del imperio” por revelar los cables del Departamento de Estado de USA en los que, como siempre, lo que se hace es “hablar paja” de las democracias sudamericanas y de cuanto líder o proceso independiente exista en el globo. Para añadir diversión a este circo, los diarios de la derecha a los cuales confió Assange (fundador de Wikileaks) la publicación de los cables de marras (The Guardian, El País, Der Spiegel, New York Times y Le Monde) han publicado los desvaríos del Departamento de Estado no como eso, sino bajo el engañoso epígrafe de “Wikileaks Revela”, de modo de que, en vez de denunciar la injerencia, abuso y violación de todo el Derecho Internacional por parte de estos piratas globales que operan en el “U.S. State Department”, lo que hacen es legitimar sus agresiones. El peor, como siempre, “El País” de España, quien bajo la afirmación “Wikileaks Revela” publicó una serie de cables manipulados y mal citados en donde se intentaba dar veracidad a las idioteces que imagina el gobierno gringo sobre los gobiernos de la ALBA, en especial de Bolivia y Venezuela y también contra Argentina y Brasil. Simultáneamente que esto es publicado, la página web de Wikileaks sufre tal ataque informático que es sacada de la red. Para completar, se pone en marcha una persecución contra su fundador, Julian Assange, y contra sus publicaciones, de modo que por un tiempo no es posible acceder a la fuente original de los cables, dejándonos a merced del cártel mediático que nos sirve de “chamán”, brujo privilegiado entre LA VERDAD y nosotros los vulgares internautas 4. Así que necesitamos una filtración de la filtración para poder saber qué contienen en verdad los dichosos cables, si son tales en verdad.


¡MATEN AL MENSAJERO!


Y en la vereda de enfrente, los “más papistas que el Papa” al leer la manipulación de “El País” de los cables liberados por Wikileaks, la acusaron de estar al “servicio del Imperio”, mientras el “ultroso” Chávez la felicitaba 5. Es un mundo raro, sin duda. Si el perseguido Assange escuchara tangos, estaría clavado en la estrofa de “Yira, Yira”, de Discépolo:

“ Verás que todo el mentira,
verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa...
¡Yira!... ¡Yira!...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor.”
6


Estamos diciendo que EE.UU. no ha parado de inventar historias acerca de Chávez y la Revolución Bolivariana desde mucho antes de que llegara al poder, entonces, ¿qué se suponía que iban a contener los cables del Departamento de Estado? ¿Elegías, o siquiera estudios serios? ¡Por supuesto que no! No se podía esperar otra cosa sino la avalancha de memeces que los estadounidenses esperan encontrar en un gobierno de izquierda al sur del Río Bravo: espías, corrupción, suciedad, fealdad, etc., porque somos su caricatura, en sus imaginaciones acerca de nosotros vemos reflejada su verdad, su monstruosa realidad de ser un Imperio nacido del pillaje y el genocidio perpetrado primero contra los “ pieles rojas”, luego contra los negros, mexicanos, los asiáticos, y luego contra todos los pueblos del planeta que se niegan a ser sus esclavos.


NUESTRO HOMBRE EN LA HABANA


Al leer alguno de los cables filtrados a Wikileaks referentes a Venezuela 7 y los disparates y especulaciones que contienen, no puedo dejar de recordar “Nuestro hombre en La Habana”, de Graham Greene 8 (y llevada al cine con la dirección de Carol Reed en 1959), sobre la que Wikipedia nos dice: “En esta novela, Jim Wormold, un simple vendedor inglés de aspiradoras que habita en la Cuba de Batista sin más ambiciones en la vida, decide servir de espía a los servicios secretos británicos para costearle los estudios a su hija. No obstante, y ante la falta de habilidades y vocación como espía, Wormold decide inventarse los informes que les envía a sus superiores. Entre otras cosas, les manda a sus jefes en Londres, en lugar de planos de bombas, planos de sus propias aspiradoras, que sin embargo, "cuelan" en el servicio secreto de Su Majestad, servicio que tiene en gran consideración sus informes” 9. O también “El Sastre de Panamá”, de John Le Carré 10, que recientemente (2001) fue también llevada al cine 11 por el director John Boorman con las actuaciones de Pierce Brosnan y Geoffrey Rush, donde la historia de manera similar muestra que la contratación de informantes locales y el afán de satisfacer las demandas de cierta información por los servicios de espionaje termina también entre el disparate y el desastre. Es de suponer que si los informantes o espías comenzaran a enviar información que “revelara” que la Revolución Bolivariana no es un peligro para EE.UU. ni para nadie, que no fabrica bombas ni “armas de destrucción masiva”, no tiene planes de invasiones ni de “ conquistar el mundo” o de cesar el suministro de petróleo, que hay total democracia y libertad, etc., les sería más difícil sustentar ante la llamada “opinión pública” internacional la justificación para la continua injerencia en los asuntos internos de Venezuela, así como para mantener su propio empleo. La “información” sobre la República Bolivariana es suministrada por personas que viven de la injerencia de USA a través de la USAID, NED, etc., como lo ha denunciado ad nauseam Eva Golinger 12; es decir, en un círculo vicioso de intervención y traición, quienes reciben dinero por actuar contra el Gobierno de Venezuela son los mismos que dan la información que justifica la intervención. Y por otro lado, están los interesados en la intervención también por razones económicas (el dinero es la patria del traidor) aunque no reciban dinero directamente de la NED, como los medios de comunicación, la banca, los constructores, monopolios de alimentación y otros diversos, en fin: los grandes empresarios que ven limitadas sus ganancias porque ya no pueden hacer el pillaje a gran escala que hacían antes contra el Estado y las clases media y pobre, sino que ahora deben ser un poco menos brutales. Lo que se constata en estos cables del Departamento de Estado filtrados por Wikileaks es la acción intervencionista y criminal de EE.UU. y la vergonzosa acción de los mercenarios vendepatria locales; cómo opera una máquina de propaganda que se alimenta a sí misma mediante la fabricación de información; cómo EE.UU. ha intentado crear enemistades entre los gobiernos de América para impedir la acción coordinada de los mismos que entorpece su dominio hegemónico; cómo trabaja para sabotear los programas que benefician a los más pobres como Barrio Adentro, entre muchas otras acciones injerencistas de un amplio catálogo de inmundicias de un gobierno que no tiene escrúpulos en usar torturas, secuestros, diversas formas de extorsión y el genocidio como parte de su programa de dominio mundial. Los Nazis alemanes del siglo 20 fueron unos bebés de pecho, en comparación.


En fin, no necesitamos un Wikileaks para saber que EE.UU. es, como ya lo ha señalado el Presidente Chávez, un inmenso Estado forajido 13, cuya política exterior se encuadra en la dominación y el pillaje, PERO hubiese sido extremadamente útil haber podido disponer de una fuente de primera mano de esos cables para nuestro propio análisis y, sobre todo, para exponer en un golpe de efecto a los EE.UU., en vez de haber sido utilizados por su cómplices del diario “El País” en contra de sus agredidos usuales en Venezuela 14 como lo fueron. Lo peor es que habría bastado usar alguna de las herramientas de Internet tan populares hoy llamadas “p2p” y haber puesto esos documentos en forma de “torrents” o similar a disposición de los usuarios individuales que estamos dispuestos a descargarlos y retransmitirlos, y que nos metan presos a todos, pues. Es de imaginar que Wikileaks quería preservar la veracidad de la información cuidando la “cadena de custodia” de los documentos, pero en vista de la persecución contra Assange y su organización se demuestra imposible esa vía, y asimismo comprobamos que suponer que las corporaciones de medios “cuiden la información” es el equivalente de lo que decimos en Venezuela “que zamuro cuide carne”. De ello se reivindica la necesidad de preservar el uso de herramientas p2p como manera de mantener la neutralidad y libertad de la red y de la información transmitida a través de ella. Ahora Assange tiene orden de captura “roja” por Interpol, mientras “W” Bush en sus improbables memorias ha confesado haber autorizado la tortura 15 en su gobierno y nadie lo ha encausado. Amazon ha desterrado a Wikileaks de sus servidores 16, mientras no hace mucho publicó en su catálogo un libro de y para pedófilos 17. Y PayPal, uno de los sistemas de pago más populares de internet con el que puedes pagar tus compras o hacer donaciones, excluyó de sus servicios a Wikileaks 18, todo esto ante la tolerancia más o menos unánime y formal del mundo con lo que es por un lado la constatación de la inmoralidad del Sistema Global en la forma del salvaje imperialismo estadounidense, y por otra y peor, de la indiferencia ante la persecución y silenciamiento de quien nos lo ha señalado. Esto me recuerda ese tango inmortal llamado “Cambalache”, también de Enrique Santos Discépolo 19 , que cito para seguir y terminar con la onda tanguera:


“Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé...
(¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé...
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos...”
20


Nos hemos acostumbrado tanto al “ cambalache” que hemos minimizado las revelaciones de Wikileaks, diciendo “eso ya lo sabíamos”, “no hay nada nuevo”, etc. o satanizando al mensajero, actitudes ambas que favorecen al Imperio transgresor reconociéndole inmunidad, omnipotencia, o ambas. No podemos darnos ese lujo: tenemos que hacer que nadie en este Mundo esté sobre la Ley, que ninguna fuerza o Imperio siga imponiendo la suya y, sobre todo, no condenar a quienes de cualquier manera se exponen por desenmascarar a los tiranos. Y a menos que se demuestre lo contrario, hasta ahora parece que las acciones de Assange son legítimas y están enmarcadas en un esfuerzo por mostrar los colmillos imperiales que ahora visiblemente se clavan en él bajo la forma de persecución su persona y sus publicaciones. Si comenzamos a condenarlo sin prueba alguna y a satanizarlo estaremos actuando exactamente de la manera que reprobamos en el U.S. Dept. of State. Wikileaks puede ser uno de los últimos intentos serios de no resignarse a la tiranía hegemónica imperial, si las filtraciones son ciertas como parece, igual que su intención de desnudar al Poder. Depende de nosotros todos, claro.


Mientras los medios corporativos mienten “Wikileaks Revela” para dar veracidad a las alucinaciones del Departamento de Estado, en verdad Wikileaks sí revela algo: la enorme y brutal tiranía mundial que ejerce los EE.UU. y la contaminación moral, la podredumbre ética que esta hegemonía neonazi del peor cuño imprime en el Sistema Global, y que debe ser reconocida, combatida y erradicada para que el género humano se gane ese adjetivo: verdaderamente Humano 21.


1Me refiero a la filtración de finales de Noviembre de 2010 http://www.lahaine.org/index.php?blog=3&p=49653

2Ver novela completa en Scribd: http://www.scribd.com/doc/6471638/1984

6“Yira, yira”, letra, música y partitura: http://www.todotango.com/spanish/las_obras/Tema.aspx?id=hJLVLSi6htM=

8Leer o descargar el texto en Scribd: Greene, Graham - Nuestro Hombre en La Habana http://www.scribd.com/doc/7182997/Greene-Graham-Nuestro-Hombre-en-La-Habana


9Nuestro hombre en La Habana. Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Nuestro_hombre_en_La_Habana

12Ver “Golinger, Eva. El Código Chávez” en Scribd: http://www.scribd.com/doc/18100523/Golinger-Eva-El-Codigo-Chavez-

14Ver la primera plana de la “edición global” del diario neonazi “El País” del 01/12/10: http://img19.imageshack.us/img19/5499/spapais.jpg

16Plataforma Amazon expulsa a Wikileaks de su servidor http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article20609


19No te lo puedes perder cantado por Julio Sosa en YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=T0kTiKCC3UI

21DRAE: humano, na.(Del lat. humānus).1. adj. Perteneciente o relativo al hombre. 2. adj. Propio de él. 3. adj. Comprensivo, sensible a los infortunios ajenos. 4. m. Ser humano.5. m. pl. Conjunto de todos los hombres.



miércoles, 1 de diciembre de 2010

La oposición y la nostalgia de la "Venezuela Saudita"

La oposición y la nostalgia de la Venezuela Saudita


Si bien hay una gran cantidad de venezolanos que usa Internet y cada vez hay mayor acceso a esta herramienta, sin duda sigue siendo usado mayormente por las clases sociales más acomodadas, que se cuadran mayormente contra la política socialista de Hugo Chávez.


Últimamente me ha llamado la atención el fenómeno que he advertido sobre todo a través de la red social “ Twitter” de una admiración manifestada hacia las monarquías feudales árabes, como la de Arabia Saudita o Qatar. Estos “ arabistas” manifiestan en sus “tuits” que Venezuela debería parecerse a alguno de estos Estados totalitarios.


Cuando les advierto del “detalle” de que en esos países no existe la democracia, ni elecciones, hay trabajadores esclavos, pobreza y enormes e injustificables desigualdades persistentes aún con los ingresos más elevados del mundo, noto dos cosas: la primera, que ignoraban ese “detalle” y segundo, que les importa un pepino.


Yo supongo que a estas personas les hicieron llegar una de esas rara vez valiosas cadenas por correo electrónico con una presentación en PP de la opulencia de la familia Real de alguno de estos reinos, estos sitios donde compran los millonarios del mundo, el Jet Set, que le llamaban en los 70s, y la única pregunta o idea que se les vino a la cabeza fue ¿por que no yo, por qué no aquí?.


La mayoría de ellos, con quienes he intercambiado alguna información cuando me lo han permitido, son jóvenes, que no recuerdan la “Venezuela Saudita” de CAP, que tienen Internet pero no leen, no usan el buscador, o se quedan en lo banal, el cliché superficial de una imagen de un super hotel sólo para multimillonarios al cual ellos muy probablemente jamás podrán ver como no sea en fotos o video.


Si bien las imágenes de estos sitios de super lujo en el oriente son en verdad impactantes, me preocupa el desconocimiento de parte de estos jóvenes tanto de la realidad mundial como, mucho más grave, de la de Venezuela, una ignorancia sin duda cultivada por la sociedad conservadora y sus medios de comunicación, que hacen que haya caído en el olvido que Venezuela fue durante la mitad del siglo pasado el principal exportador de crudo del mundo y terminamos la centuria con casi un 70% de pobreza, que la “Venezuela Saudita” de Carlos Andrés Pérez sólo sirvió para poblar nuestros cerros con los ranchos que hoy son derribados por las extraordinarias lluvias, muy probablemente producto del “cambio climático” provocado por el delirio consumista del “american way of life”.


Asimismo desconocen que las imágenes de opulencia que ven son producto de la tiranía de una minoría de privilegiados que reina literalmente de manera feudal tanto en Arabia Saudita como Qatar, que Internet libre no existe (no podrían publicar insultos al líder nacional como hacen aquí en Venezuela), la mujer es un ser de segunda categoría, no hay partidos políticos ni elecciones, etc., y aún tienen importantísimas brechas de pobreza (20% o más), lo que no le ha impedido a Arabia Saudita comprarle a EE.UU. 60 mil millones de dólares en el contrato de armas más grande de la historia. Para subrayar el cinismo de EE.UU. me permito recordarles que mientras vende este inmenso paquete a una monarquía absolutista, se niega a obedecer los términos de contratos contraídos con Venezuela para la venta de repuestos al armamento que esta República democrática adquirió en gobiernos previos al gobierno de Hugo Chávez. También es “curioso” que el “ malo” en el Oriente sea un país donde sí se realizan elecciones, que, por supuesto, son cuestionadas por EE.UU.: Irán. Para EE.UU. es peor una democracia con la que tienen diferencias que una monarquía absoluta que les es obsecuente. Cuestión de principios.


Pero aún peor que la ignorancia es no querer saber. Cuando estos jóvenes que han manifestado su deseo de que Venezuela se parezca a una monarquía árabe se informan que lo que ven en fotos fabulosas es una parte no representativa de un país, que además es producto del expolio de una clase social mínima sobre las mayorías, se pone de manifiesto que no les interesa saber, que lo único que son capaces es de repetir clichés sobre la “ libertad de empresa”, la “propiedad privada”, etc. Tampoco les interesa saber que en Venezuela han disminuido la pobreza y la desigualdad... porque creen que ese mundo irreal, de jeque árabe, puede ser suyo, la codicia ha anidado en su cerebro joven, el individualismo hormonal les dicta que ellos se salvarán pasando por encima de las cabezas de los demás. Y eso es mucho más grave. El tóxico de la ignorancia y el supremacismo los ha contaminado. No les interesa que en Venezuela se elimine la pobreza, que no exista una desigualdad inmoral, al contrario: se ven en la cima de un mundo atrozmente desigual, lo desean, quieren el lujo para ellos, aunque signifique la condenación del planeta y de sus semejantes y más patético aún: que por perseguir el cebo del lujo posible en sus vidas no sean más que el pescado en el anzuelo de quienes sí ostentan el poder de verdad. No hay sino que imaginarse a estos miles de jóvenes que respaldan proyectos supremacistas como Primero Justicia o AD, llenando de nuevo los Comités de Bachilleres sin Cupo, los ranchos de los cerros y los ataúdes de la represión si vivieran y murieran en la que hoy denominamos Cuarta República, cuando ese modelo supremacista imperaba sin contrapeso. Hoy publican mensajes en Internet desde sus hogares, o desde sus dispositivos móviles, luego de salir de clases de sus colegios y universidades, y en vez de querer compartir sus privilegios, trabajar para que muchos más gocen de su bienestar, se sienten desgraciados porque no viven como un jeque. Son patéticos. Cuando a alguien se le dan cosas que es incapaz de apreciar, los gringos lo llaman “dar margaritas a los cerdos”. Creo que es una excelente imagen.


Como decía el fallecido Arthur C. Clarke, “el futuro ya no es lo que solía ser”. Pensar en un futuro de dominados y dominadores, de uso de recursos naturales sin límite, de un “desarrollismo” eterno y de la ilimitada acumulación de bienes y capitales, ya hoy no es posible. No hay otra manera de que la Humanidad sobreviva que entender que ese modelo no es viable. Y la única manera de lograrlo es que nuestros jóvenes lo comprendan. Pero mientras sean bombardeados por la propaganda (y no me refiero sólo a la publicidad) que los convierte en ganado ávido de consumo e incapaz de percibir al mundo de otra forma que no sea comprando o teniendo mayor capacidad de consumir, estamos fritos.


Mientras queremos “hacer revolución”, educamos a nuestros jóvenes en la idolatría del consumo y del poder del dinero, del desprecio al prójimo, a la Tierra, en el mismo “ sálvese quien pueda” que inculcaron con más o menos éxito a nuestra generación.


La revolución de la educación, no de cambio de nombres, sino de valores, es imprescindible para la revolución de la sociedad. Y una revolución de la sociedad es imprescindible para salvar a la humanidad y al Planeta. Así que vamos a ver qué hacemos, si vamos a seguir “educando” a los chamos con los libros del Grupo Prisa y con los canales privados de Radio y TV y los diarios glorificando un modelo supremacista, clasista y neonazi que lo único que le interesa es que los jóvenes compren las porquerías que les venden, y que quienes no puedan hacerlo sean merecedores de desprecio.


Para terminar, por si acaso, me permito recalcarles que la tal “Venezuela Saudita” fue eso, un modelo fracasado, donde se enriquecieron grotescamente a unos pocos a costa de la miseria espantosa de millones de venezolanos. Y que lo bueno que puedan tener nuestros amigos saudíes es probable que se deba a que nunca tuvieron adecos.


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