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lunes, 14 de noviembre de 2016

Chavismo, compasión y subversión

"La compasión (del latín cumpassio, calco semántico o traducción del vocablo griego συμπάθεια (sympathia), palabra compuesta de συν πάσχω + = συμπάσχω, literalmente «sufrir juntos», «tratar con emociones ...», simpatía) es un sentimiento humano que se manifiesta a partir y comprendiendo el sufrimiento de otro ser. Más intensa que la empatía, la compasión es la percepción y comprensión del sufrimiento del otro, y el deseo de aliviar, reducir o eliminar por completo tal sufrimiento." Compasión - Wikipedia, la enciclopedia libre https://goo.gl/O7s7gq
  
""No he nacido para la política porque soy incapaz de querer o desear la muerte de mi adversario", citó Mortensen a Camus." Mortensen: "No hay nada más subversivo que el amor y la compasión" - Arte y Entretenimiento https://goo.gl/kKz2no

"I wept for my friend Chavez and myself, for the people of Venezuela and the world.  In my opinion, Hugo Chavez was a figure of enormous significance in the 21st century and history will recognize not only his leadership, but his profound humanity and compassion for the oppressed and downtrodden. Venezuela is fortunate that it had such a strong personality, even for such a short time." Cindy Sheehan: Hugo Chavez's Legacy Will Continue to Inspire | Opinion | teleSUR English https://goo.gl/f290G3



Probablemente cuando se menciona en la misma oración "Hugo Chávez" y "compasión" nos acuda a la mente la imagen del líder con el entonces indigente Oliver Garzón, quien luego relató que gracias a la intervención de Chávez logró dejar las calles y recuperar su vida (ver Oliver Garzón, rescatado de las calles por Chávez, enalteció legado de amor del Comandante | AVN - https://goo.gl/XE2mT5  ). O quizás cuando amnistió a los participantes del golpe de Estado de 2002, quienes lo secuestraron a él y a la voluntad de un pueblo para imponer de nuevo la fría y criminal ley del mercado y los capitales (¿Lo olvidaron? 2007: Presidente Chávez anuncia en TV en vivo amnistía a golpistas hoy reincidentes - YouTube - https://goo.gl/kuATdF ), o en sus innumerables demostraciones públicas abrazando pueblo dolido, niños, ancianas, etc. Pero aunque es cierto que son episodios que caracterizan un rasgo para mí fundamental de la personalidad e influencia de Hugo Chávez, aislados sólo darían una imagen de un Chávez caritativo o dadivoso, que lo equipararía a la “caridad cristiana” que se suele ejercer con el inferior, y eso sería no sólo injusto sino falso. El sentido de compasión de Chávez está marcado por un profundo sentido de igualdad, de identidad con el sufriente, y reaccionaba con responsabilidad, compromiso, justicia y amor que le hacían absolutamente imposible no hacer algo al respecto para remediar lo que consideraba injusto. La mayoría de nosotros se conforma con sentir lástima del doliente, y calmamos nuestra culpa de no hacer nada con la dádiva inútil, la limosna material o espiritual de decir “¡Pobrecitos!” y decirnos que nosotros mismos padecíamos bastante para pensar en los males ajenos. Curamos la compasión con autocompasión. Para Chávez eso era intolerable, y no sólo había que hacer algo, sino que había que hacerlo todo. Para Chávez la reacción inmediata a la compasión no era la caridad cómplice sino la sublevación revolucionaria, de allí que encuentro acertada la sentencia del actor Mortensen que cito más arriba: “nada más subversivo que la compasión y el amor”. Quien no comprende esto, no comprende nada acerca de Chávez ni del chavismo.

"Compasión exclusiva"

Por oposición, un rasgo característico del antichavismo es su desconocimiento de la compasión, o peor aún, su uso discriminado: es sólo para sus semejantes, y los chavistas pataenelesuelo definitivamente no entramos en ese club y nos lo recuerdan a cada rato preguntándonos dónde nos vamos a esconder cuando tengan el poder suficiente para perseguirnos. Su compasión es exclusiva, como el mundo que les gustaría pertenecer pero al que no pertenecen ni lo harán jamás. Recuerdan patéticamente al famoso episodio de Groucho Marx que culminó con su carta de renuncia a un Club porque dejaba entrar a gente como él. Para el antichavismo la compasión es para quienes jamás la han manifestado ni necesitado, los pobrecitos empresarios como Lorenzo Mendoza que “venden a pérdida” por esta dictadura castrochavismadurista, o para su primo Leopoldo López, víctima del régimen represor que lo mantiene preso en una suite presidencial por “pensar diferente” luego del fracaso de su golpe terrorista de 2014 cuando no tuvo compasión del pueblo sometido a violencia extrema durante meses. El antichavismo Incluso puede sentir pena verdadera por un animalito en desgracia, pero nunca por millones de de pobres, excluidos, desplazados o masacrados, no. Los pobres “son pobres porque quieren”, y lo que pasa en otros lados “no es asunto mío”. Fin de la historia. Es muy necesario resaltar que esta “particular” percepción sobre quiénes merecen compasión, de que el resto de la humanidad que no encajamos en su molde no somos sus semejantes, equipara esta actitud con cualquier otro supremacismo como el racismo o el neonazismo, y en lo particular considero que debe ser entendido y asumido así sin más vueltas, para que estemos prevenidos y sepamos a qué nos enfrentamos.
Por supuesto, para quien no comprende la compasión o la ejerce de tan particular manera, el chavismo le es incomprensible, un idioma desconocido. Por eso, para el antichavismo la rebelión de 1992 no fue una respuesta justa y necesaria a una extraordinaria injusticia que llevó al gobierno de CAP al extremo de masacrar y desaparecer a miles de personas usando al ejército, sino “un golpe  fracasado” cuyo único fin era "tomar el poder por sí mismo para instaurar una dictadura comunista", las Misiones no son sino “populismo” y la educación, salud y vivienda universales, “dádivas inmerecidas” para ganarse al lumpen de la hogaza de pan y la botellita de ron, como nos definió Miguel Henrique Otero de El Nacional no hace demasiado tiempo, para permitir al chavismo “atornillarse en el poder indefinidamente”, y así sucesivamente.

“Quienes metieron tanques a Miraflores no permiten que marchen allí los estudiantes”

Ese gran extravío moral les permite intentar homologar al movimiento terrorista guarimbero de los vándalos que intentan derrocar a Maduro y destruir al proceso bolivariano que revirtió el empobrecimiento, la desigualdad, el analfabetismo y el hambre con la rebelión de Chávez contra un Estado que no dudó en ametrallar gente en las calles y en sus casas porque se atrevieron a no dejarse matar de hambre en 1989. Nos querían decir que si era legítima la rebelión de Chávez, también lo era la de ellos. Como si fuese igual de legítimo oponerse a que masacren al pueblo que defender a los asesinos. Como he dicho en otras ocasiones, son precisamente los principios, medios y fines los que distinguen a un patotero de un héroe. Una acción sin contexto no significa nada. Para nosotros está claro que quienes usaron al terrorismo para restaurar un sistema criminal de exclusión y represión al servicio de la plutocracia global no pueden llamarse sino mercenarios y terroristas, mientras quienes arriesgaron todo como Chávez por establecer un mundo más justo obedeciendo a un sentido profundo de compasión son héroes. Un modelo social basado en la desigualdad no se sostiene indefinidamente por consenso, sino que tiene que imponerse por la fuerza. Es la negación de la justicia y de la democracia, y no hay manera de quien lo defienda pueda ser un “héroe”. No hay nada “heroico” en ponerse al servicio de un imperio asesino para defender los privilegios de los más ricos y subordinar tu país a sus intereses.
Lo bueno de estos tiempos tan malos es que nos ahorran las ambigüedades a las que nos llevaría filosofar mucho. Un mundo que se enfrenta a la frontera final de la violencia nuclear y el calentamiento global no tiene que preguntarse si algo como la compasión es buena o mala. Nunca como antes fue tan comprensible la frase “Utopía o muerte” como tituló un libro ya en los años setenta René Dumont. Sin compasión la humanidad sencillamente se autodestruirá. Chávez lo comprendió, y lo asumió, entendió que sin compasión, Venezuela, el mundo o cualquier sociedad son inviables.

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