Mientras los bobos intentaron hacer mofa de las palabras de Chávez en su momento, las estadísticas globales nos muestran muy claramente la verdad de lo que él dijo: la riqueza de pocos tiene como lógica consecuencia la pobreza de muchos, el capitalismo, como el cáncer, supone una enfermedad social cuya primera manifestación es el profundo desequilibrio traducido en abismal desigualdad social. El culto a la riqueza individual encubre la progresiva pauperización colectiva de sociedades enteras, como la española, mexicana, estadounidense, etc. "Ser rico", a diferencia de "ser inteligente", "antipático" o "zurdo" no denota una cualidad, sino una "diferencia comparativa", el nirvana de la inequidad. Es absurda y éticamente cuestionable la adoración por los ricos y la riqueza individual en sociedades con un número creciente de pobres cada vez más empobrecidos. En un mundo finito con recursos limitados (como sin duda es el nuestro), la apropiación de éstos por una minoría significa necesaria y lógicamente la expropiación de las mayorías, cosa insostenible tanto ética como socialmente. El mundo no requiere más riqueza, sino más justicia; no más ricos, sino menos pobres. El artículo de la imagen no cita una tasa, pero cabe preguntarse: ¿cuál es la relación entre los nuevos ricos y los nuevos pobres? De otro modo: ¿Cada cuántos millones de dólares acumuados por los más ricos crean cuántos millones de pobres? Si alguien cree que esta situación puede perpetuarse indefinidamente "está bailando en un tusero", como dicen en el llano.
miércoles, 29 de enero de 2014
Definitivamente, como dijo Chávez, "ser rico es malo": pregúntenle a México
Mientras los bobos intentaron hacer mofa de las palabras de Chávez en su momento, las estadísticas globales nos muestran muy claramente la verdad de lo que él dijo: la riqueza de pocos tiene como lógica consecuencia la pobreza de muchos, el capitalismo, como el cáncer, supone una enfermedad social cuya primera manifestación es el profundo desequilibrio traducido en abismal desigualdad social. El culto a la riqueza individual encubre la progresiva pauperización colectiva de sociedades enteras, como la española, mexicana, estadounidense, etc. "Ser rico", a diferencia de "ser inteligente", "antipático" o "zurdo" no denota una cualidad, sino una "diferencia comparativa", el nirvana de la inequidad. Es absurda y éticamente cuestionable la adoración por los ricos y la riqueza individual en sociedades con un número creciente de pobres cada vez más empobrecidos. En un mundo finito con recursos limitados (como sin duda es el nuestro), la apropiación de éstos por una minoría significa necesaria y lógicamente la expropiación de las mayorías, cosa insostenible tanto ética como socialmente. El mundo no requiere más riqueza, sino más justicia; no más ricos, sino menos pobres. El artículo de la imagen no cita una tasa, pero cabe preguntarse: ¿cuál es la relación entre los nuevos ricos y los nuevos pobres? De otro modo: ¿Cada cuántos millones de dólares acumuados por los más ricos crean cuántos millones de pobres? Si alguien cree que esta situación puede perpetuarse indefinidamente "está bailando en un tusero", como dicen en el llano.
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