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lunes, 20 de julio de 2015

Syriza: "No Podemos"



Conjúguenlo como quieran: no pudieron, no pueden, no pudimos... no podemos. Querer es poder... pero parece que en el fondo eran como El Chavo: "fue sin querer queriendo", tampoco querían mucho. Ni siquiera se puede decir que su victoria fuese "pírrica" para hacer algún juego con la antigüedad griega: ni Pirro se rindió luego de una costosa victoria ni Tsipras tiene la dignidad de regresar a Epiro solo. Alexis Tsipras convirtió las esperanzas de que fuera una especie de Chávez griego a ser su opuesto: convirtió un triunfo electoral más allá de toda expectativa, un referendo ganado por un porcentaje muy poco usual en una Europa poco acostumbrada a consultar al pueblo sobre su bienestar, un resultado que fue la confrontación estelar entre democracia y plutocracia, en un mega fracaso, una decepción de proporciones no homéricas sino "obaméricas" cuya sombra se proyecta por toda Europa e ineludiblemente sobre "Podemos" y su prueba electoral de este año en España. La pregunta que yo no he dejado de hacerme es ¿por qué no pudo Syriza en Grecia? Se me ocurren algunas opciones:

  1. Por ingenuidad. Pensaron de verdad y contra toda evidencia que en Europa existe democracia y no una plutocracia totalitaria y desalmada que impone su dictadura a sangre y fuego. Pensaron que podían negociar, dialogar, llegara a acuerdos de "mutuo beneficio", ¡como si al poder que gobierna Europa y el "mundo libre" le importara un rábano el bienestar de los pueblos! El examen más superficial de la historia, sobre todo la reciente, nos muestra que albergar esa esperanza era completamente infundado y peor, irresponsable. Cuando tocó mostrar las cartas resulta que Tsipras no tenía ni un par de doses. El tahúr de feria sin corbata quiso retar a los dueños del sofisticado casino y fracasó, pero es el pueblo griego quien pierde la camisa.
  2. Por complicidad. Porque ni tan en el fondo, y es una acusación que he visto reproducida en diferentes latitudes y longitudes, esta "nueva izquierda" europea ni es nueva ni es izquierda, sino una reconstrucción socialdemócrata convertida en caballo de Troya que actúa como la más eficaz arma de destrucción de masas organizadas aniquilando toda esperanza en la posibilidad de un cambio, como hicieron en América Obama, Humala o Bachelet, por no entrar en profundidades. Es decir, no importa si votas o no, si te indignas o te suicidas, o votas por la derecha o la "izquierda: "no hay alternativa", como sentenció la Dama de Hierro. A menos que Tsipras tenga sus ases guardados en la manga (que lo dudo, porque las dejó con la corbata), el "logro" de Syriza será haber demostrado que ni siquiera importa lograr la unión popular y una victoria electoral que manifestó claramente la oposición del pueblo al "austericidio", al final se impone la fuerza del dinero.
  3. Por cobardía. Al momento de enfrentarse al poder de verdad que gobierna al mundo, hay que estar decidido a entregarse por el todo, en lo personal y en lo político, como Allende, como Fidel, como Chávez. Evidentemente Tsipras no estaba dispuesto a tanto. Parece que después de tanta guerra, tanto campo de concentración y tanto lavado de cerebro, parece que han "descojonado" a la política europea, o peor, parece que sólo la derecha tiene "lo que hay que tener", mientras que una izquierda comeflor, de adorno, que cree que el cambio es ir sin corbata o con el pelo largo y no ser ni de izquierda ni de derecha. Mientras Chávez en más de una ocasión convirtió derrotas en victorias, Tsipras hizo lo opuesto, con el resultado catastrófico de demoler no sólo a la posibilidad de cambio en su país, sino en euroa toda, porque ¿cómo no ver en Podemos el reflejo de la decepción de Syriza? ¿acaso no hemos presentido en Podemos en muchas ocasiones ambigüedades o vacilaciones que nos hacen más que dudar de su capacidad de maniobra si lograsen llegar al poder, y más aún con este nefasto precedente de sus parientes políticos griegos?
Lo cierto es que lo sucedido en Grecia oscurece más que aclara el panorama europeo. No se explica de ninguna manera que Syriza y especialmente Tsipras no hubiese tenido diseñado desde antes de tomar el poder el proyecto y la estrategia para plantar cara a la plutocracia europea, y aun así tampoco es excusa no tenerlo para echarse a un lado y dejar pagando al pueblo griego. Lo que quedó demostrado es que el pueblo griego tiene claro su deseo de no seguir siendo explotado por los plutócratas, pero sus dirigentes no tienen "lo que hay que tener" para defenderlo. Lo que hicieron no fue ganar tiempo, sino perderlo a costa del pueblo griego. Yo creo que debieran dimitir y dar paso a un proyecto político con la estructura y el guáramo necesarios para salvaguardar el bienestar del pueblo griego, porque es evidente que, parafraseando a Chávez, a Tsipras no le faltó tiempo, sino... (αρχίδια)

Veremos qué sucede. Espero que el pueblo griego aún pueda levantarse nuevamente luego de esta nueva traición y reorganice sus fuerzas y radicalice sus demandas, pero hace falta un liderazgo a la altura del momento, y Syriza se ha encargado de secuestrar y decapitar el liderazgo popular.

Ciertamente ni Tsipras fue Chávez (ni por los tobillos), ni Varoufakis será Correa. Y viendo las analogías de Syriza y Podemos, cómo la organización española parece doblegarse bajo el implacable ataque de los poderes fácticos europeos y sabiendo que es apenas una aperitivo de lo que les tocaría si llegaran a ganar en las urnas, "soltando lastre" para mantenerse a flote en la opinión pública, parece razonable desde esta distancia dudar de que estén en la disposición, en posesión de "lo que hay que tener" para lograr defender los intereses del maltratado pueblo español ante la voracidad de la plutocracia global si llegaran a ganar las elecciones.


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